Todos eran profesionales y serviciales.

Me encantó el trato del dueño de la pensión. Es un hombre mayor pero muy amigable, al llegar nos presentó a su perrito y loro, aunque estaban en otro ambiente. El señor y su esposa, que también es muy amable, nos hicieron sentir como en casa. La ubicación es excelente, en una calle céntrica llena de restaurantes y tiendas. La pensión está muy bonita, decorada con un ambiente familiar. Me gustó mucho que la ducha estuviera en la habitación y que tuvieran un hervidor e infusiones para el frío.

Nada, todo estuvo bien. 😊

¡Una habitación práctica, con un buen diseño, lo suficientemente espaciosa, con café, 1 cama doble, wi-fi! Tener una bañera y champú en el baño fue estupendo...

La comunicación era difícil, el wifi era malo.

Está muy bien situado. Está a 2mins andado de los museos.

Por mucho que me dijeron que hablaban inglés no lo hablaban. DE buenas a primeras el idioma ha sido una barrera y al saber que no hablaba aleman me dijeron que tenia que pagar más dinero, es decir 50 euros más por la misma habitación. Por cualquier cosa que les preguntabas te ponñian muy mala cara, sin muchas ganas de nada. Con alemanes todo perfecto, muy amables pero conmigo la verdad es que no. Fui con un amigo de Viena (autóctono) para que pudiesen hablar tranquilamente y él también me comento lo mismo. De amabilidad un 2 por no darles un 0. No volvería más!

Personal súper amigable y agradable, incluido el director. El aeropuerto internacional está a menos de 25 km y es fácil llegar. ✈️

La ubicación y la predisposición del Sr Nikolay y su esposa

Por el precio y ubicación no se puede exigir mas de lo que ofrece.-

Me encantó el hecho de que este lugar estuviera a solo 5 minutos caminando del metro. 🚶‍♂️

Me encantó la ubicación del hotel, era genial. La habitación era tranquila y soleada. La cama era súper cómoda y había una nevera, una mesa de trabajo y una llave electrónica en la habitación. Lo mejor fueron las vistas al patio.

Me ha gustado todo, os lo aconsejo. El hotel es estupendo y lindo, se encuentra en un edificio bonito con vistas a la calle. En el hotel se respiraba un ambiente tranquilo. Habitaciones prácticas, con un buen diseño, modernas y baños muy limpios. Hay un hervidor eléctrico y una nevera. Un registro flexible y un servicio de atención al cliente agradable.

Este lugar fue muy conveniente para explorar y nos divertimos mucho, así que definitivamente regresaremos.

La ubicación es excelente, a pocos minutos andando del Parlamento y el Palacio de Hofburg. El barrio es tranquilo y no se escuchan ruidos. La habitación y baño estaban limpios y la cama era cómoda y grande. Tanto el checkin como el checkout fueron perfectos. También había un pub abajo pero no se escuchaba nada en la habitación. La pensión cuenta con calentador de agua y una pequeña nevera en la habitación, lo cual fue muy útil. La dueña fue servicial y simpática.

Me sentí verdaderamente mimado, no tengo ninguna razón para quejarme.

Es un gran lugar para viajar y descubrir los alrededores, disfrutamos de unos días tranquilos y relajados.

El peor alojamiento que he visto en mucho tiempo. Muebles viejos, habitación llena de trastos que apenas permiten la movilidad. Lámparas sin luz porque no hay enfuche donde conectarlas. Ruido bestial cuando usabas la cisterna del baño. Desayuno infame en un reducido comedor, tostadas y huevos fritos frios a pesar de tener una persona en la cocina que sólo preparaba el café. No costaba nada hacer las tostadas y los huevos al momento. Y para colmo, el Sr. Encargado nos dice que si pagas con tarjeta te cobrará una comisión. En España eso es ilegal y me apostaria algo que en la U.E. también. En cuanto a la decoración, para gustos, colores, pero la "oficina" del Sr. Encargado es merecedora del premio "Diógenes". Una lástima, pero nos lo tomamos con humor ya que siempre nos acordaremos de nuestra visita a Viena y de la infame Pensión Mozart.

La habitación doble es lo suficientemente espaciosa y tiene Wi-Fi y un hervidor de agua. Un baño muy limpio con una bañera. La ubicación del hotel es muy cómoda y el personal bastante amigable.

La ubicación es excelente. Cerca del centro neurálgico de Viena. A pasos del subte y los museos más importantes. A una cuadra de una de las calles más comerciales.

No había ascensor, fui en invierno y tuve mucho frío porque no estaba bien calefaccionado y había un perro insoportable que no me dejaba acercarme a la recepción.